6 de marzo de 2013

Nueva Zelanda y sus paisajes



(Texto y Fotos por Rafa Vila) 

Nueva Zelanda es un país formado principalmente por dos islas bastante parecidas pero a la vez muy diferentes. Tuve la suerte de viajar durante aproximadamente 20 días por las dos, y me faltó mucho tiempo para conseguir empaparme de su cultura y visitar todos los rincones que me habría gustado.
Mi mujer y yo aterrizamos en Christchurch (Isla del Sur) procedentes de Sydney donde hicimos escala desde Singapur, que a su vez fue escala de Londres a donde llegamos desde Valencia. Más de 24 horas viajando y haciendo escalas que te dejan totalmente desubicado.

Normalmente cuando viajo a un país lejano, me gusta hospedarme en un hotel las dos primeras noches  para descansar bien y hacerme al nuevo horario. En este caso, veo muy recomendable esta aclimatación, ya que viajar hasta Nueva Zelanda te deja descolocado durante bastante tiempo.

              








Nosotros elegimos un youth hostel ubicado prácticamente en el centro de la ciudad, muy económico y lleno de “backpackers” que por estas tierras son bastante educados (fundamental para tener una estancia agradable en este tipo de albergues). Dos días son más que suficientes para ver Christchurch, ciudad muy pequeña y que recuerda mucho a un pueblo Inglés. 

Al tercer día empezaba el viaje de verdad; alquilamos una furgoneta habilitada para dormir dentro de ella. No recuerdo el nombre de la compañía, solo recuerdo el color naranja chillón con el que habían pintado toda la flota de vehículos. Creo que este país es muy seguro para este tipo de viajes. Nosotros no teníamos nada planeado, y no era raro el día que aparcábamos en la cuneta de un camino y pasábamos la noche sin ningún tipo de problema. Nos dirigimos al sur en dirección al Monte Cook en los Alpes Neozelandeses. Por el camino los paisajes eran como de otro mundo, la luz la recuerdo de una intensidad anormal, a lo que le acompañaba siempre un cielo con formaciones nubosas sacadas de una película del fin del mundo.


Pasamos por el lago Tekapo, por campos repletos de ovejas (no estoy seguro del ratio persona/oveja, pero es muy elevado, y es algo de lo que parece que se sienten muy orgullosos) y por paisajes de vegetación exuberante. 
Del Monte Cook a Mildford Sound. Simplemente espectacular.  Mildford Sound es un fiordo por el que es obligatorio hacer una excursión navegando (hay barcos que por un precio muy asequible te dan una vuelta por el mismo). Además, si puedes, también es recomendable hacer una excursión andando por las inmediaciones empapándote de la naturaleza salvaje de este entorno. De Mildford a Queensland, capital mundial de los deportes de aventura. Aquí fue donde vi por primera vez a una persona metida en una bola de hámster gigante rodando montaña abajo. Como no me llamaba mucho eso de ir rodando descontroladamente decidimos contratar un rafting. Todo parecía estar bajo control hasta que llegamos a un rápido apodado “la cadena del wáter” donde os puedo asegurar que era físicamente imposible pasar por allí con aquella barca…. Al final estaba equivocado y pasamos, pero creo que por debajo del agua, porque es lo único que conseguí ver durante una fracción de segundo que se me hizo eterna. Y ahora, a la isla norte, pero antes pasando por Kaikoura. Ciudad costera abierta al océano y lugar de veraneo de muchos neozelandeses. Si vais a navegar para bañaros con delfines (una atracción muy típica allí) acordaros de la biodramina……. creo que en la vida he visto a tanta gente vomitando, aunque con olas de aquel tamaño era imposible no caer enfermo. Para cruzar a la isla del norte nosotros lo hicimos con un ferry desde Picton, donde metimos la furgoneta y nos llevó directamente a Wellington (capital de Nueva Zelanda) Recomiendo hacer este viaje al atardecer; es algo difícil de olvidar. La isla del norte es algo menos salvaje, pero no deja de ser un lugar increíble. Nosotros hicimos noche en Wellington para salir al día siguiente hacia Taupo y posteriormente a Rotorua.  

Rotorua es una maravilla. Se trata de una zona de aguas termales producidas por su actividad volcánica en el subsuelo. Fruto de esto se ha creado un paisaje de aspecto marciano pero a la vez frondoso y con vegetación. Además, es un lugar donde la cultura Maori está muy presente. Si se viene a Nueva Zelanda este es un lugar imprescindible para visitar. 
Próxima parada, Auckland. Sede de la edición de la Copa America de vela anterior a la que se celebró en Valencia en el 2007. Una ciudad moderna, que si soy sincero, se puede obviar perfectamente. Nosotros volamos desde Auckland a Sydney para empezar el viaje de regreso. Nos quedaban unas cuantas horas de vuelos y esperas en aeropuertos. Y como siempre, la vuelta se hace más pesada que la ida. Me dejo muchas cosas, pero sería un relato interminable, y lo mejor es vivir en persona la majestuosidad de este país.




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